Centollos, nécoras, bogavantes... ¡ay, que estoy viendo a más de un buceador poniéndose la servilleta al cuello y relamiéndose los bigotes! ¡Pero señores, compórtense, que esto es un blog de biología!
Los crustáceos (de latín "con costra") tienen gran diversidad de formas, tamaños y modos de vida, pero todos comparten unos rasgos comunes: caparazón articulado, un par de apéndices por cada segmento y respiración branquial. En este blog nos vamos a centrar en los denominados decapodos (del latín "diez patas"), nuestros crustáceos de infantería y los más habituales en las inmersiones. En ellos cabeza y tórax aparecen unidos a través de un sistema denominado cefalotórax que protege las branquias y sirve de soporte a ojos, antenas, piezas masticadoras y patitas.
Dependiendo del uso que le den a dichas patitas, los decapodos pueden dividirse en dos clases: los nadadores (hoy en día denominados "Dendrobranchiata"), y los andadores (hoy en día denominados "Pleocyemata")
Los nadadores son principalmente los clásicos langostinos, quisquillas y camarones, pero los andadores conforman un grupo mucho más grande y variado, y para diferenciarlos podemos fijarnos en el tamaño y forma de su abdomen.
- Si tienen el abdomen muy desarrollado, largo, articulado y rematado en cola, son MACRUROS (antigua taxonomía). Deliciosos ejemplos son el bogavante, la cigala, la langosta y la cigarra
Si tiene una cena elegante, llévese un bogavante |
- Si tienen el abdomen blando, muy reducido y protegido por la concha vacía de un gasterópodo, son ANOMUROS: ermitaños, galateas...
Con la casita a cuestas |
Clásicos básicos |