Esta pequeña esponjita de color rojo anaranjado gusta de los lugares oscuros, como las entradas de las grutas y los desplomes de las rocas, así que si queréis verla bien igual os toca encender vuestras linternas y hacer algún que otro malabarismo.
La consistencia al tacto es blanda aunque compacta, y rara vez forma organismos grandes. Si ves una gran formación de esponja roja, de hasta un metro cuadro, posiblemente os encontréis ante un ejemplar de edad avanzada. Tampoco son muy gruesas, sino más bien aplanadas, como si una substancia recubriera la roca.
Atención: No hace falta bajar muy profundo para encontrarlas, su hábitat está entre los 0 y 15 metros. ¡Apta para todos los públicos!