La orejita de mar u oreja de Venus es un molusco gasterópodo, y esconde un reluciente secreto. El animal propiamente dicho es un molusco digamos "de infantería" aunque muy vistoso de colorido, con su cuerpo blando y su pie muscular adherido firmemente al suelo. Pero es su concha lo que lo hace especial. La concha del haliotis tiene forma de oreja. Es larga, ovalada y termina en una graciosa espiral de dos o tres vueltas.
El exterior de la concha es rugoso, de camuflaje... pero su interior es suave y nacarado, con mil iridisencias, como un pequeño tesoro marino. Muestra 10 o 12 orificios elegantemente formados, que sirven como mecanismo de defensa: cuando algo o alguien intenta separarla del fondo, el molusco expulsa por ellos el agua contenida en su interior, formando un vacío con la roca que lo suelda a ella.
Atención: es muchísimo más fácil encontrar la concha de una orejita muerta antes que una orejita viva. Cuando está viva nos enseña su capa rugosa, pera cuando está vacía su cara interna brilla como un faro en el fondo.