Este llamativo pececillo es un clásico de nuestras costas mediterráneas, y se le puede ver tanto buceando como haciendo snorkel en las aguas someras.
Esto se debe a que el pejeverde (o pez verde) es un tipo muy activo durante el día, y le sobra energía para moverse de arriba y abajo y resistir el embate de las olas de costa. Por la noche, el tío pasa de todo y se entierra en la arena para dormir.
Los pejeverdes más bonitos son hembras. Su cuerpo alargado es verdoso-anaranjado con toques de amarillo fosforito, brillante como la plata, y en él se dibujan a veces líneas transversales de color azul cielo. La cabeza, redondeada, es un entramado de líneas rojas y azules. Es nuestro lorito de los mares, y nada tiene que envidiar a los vistosos peces tropicales.
Los machos son más sositos, los pobres, y se les puede distinguir gracias a una mancha oscura que tienen en el dorso.
Su dieta consiste en moluscos, crustáceos y equinodermos, por lo cual es frecuentes verles picotear sobre los fondos rocosos, o destellar entre las verdes praderas de poseidonia.
Atención: los pejeverdes, como todos los lábridos, son hermafroditas proterogínicos. Eso quiere decir que nacen siempre hembras, y las más dominantes tienen que transformarse en machos para que la comunidad de reproduzca... ¿Alguna voluntaria?
ENLACES:
http://es.wikipedia.org/wiki/Thalassoma_pavo