5/08/2015

Gorgonia roja (Paramuricea clavata)

A la gorgonia se la suele confundir con un vegetal porque tiene pinta de arbusto calcificado, pero nada más lejos de la realidad. Se trata de un animal, concretamente de un cnidario, compuesto por una colonia de pólipos que viven sobre una estructura córnea flexible y ramificada, segregada por ellos mismos, y que les sirve de soporte.

La estructura de los pólipos toma forma de abanico, y tiene un buen motivo para ello: de esta manera aumentan sus posibilidades de capturar el alimento que fluye en el plancton (huevos y larvas) a través de una serie de tentáculos urticantes, ocho en total, que le dan derecho a entrar en el club de los cnidarios. Como es obvio, las partes del animal más expuestas a la corriente están mejor desarrolladas pero como los pólipos son muy majetes, transmiten parte del alimento a aquellos más necesitados de las zonas bajas.

La gorgonia roja es (no os lo vais a creer) de color rojo, un tono muy de moda en el fondo del mar. Pero lejos de querer llamar la atención, lo que quiere la gorgonia es pasar desapercibida, ya que en el rojo es el primer color que desaparece bajo al agua. Eso las convierte en criaturas invisibles a cierta profundidad... hasta que las enchufas con la linterna, claro, y surgen de la nada como una llamarada de fuego en el fondo del mar.

A diferencia del coral rojo, las gorgonias pierden su color al sacarlas del agua. Aún así hay gente suficientemente imbécil como para matarlas y usarlas de decoración, ya que su intricando esqueleto posee una gran belleza. Esta moda junto con las redes de arrastre, las anclas de los barcos y las aletas de los buceadores inexpertos son sus peores enemigos y la han llevado al borde de la extinción. Todos somos humanos y comentemos errores, pero es nuestra obligación minimizarlos al máximo, y por eso hay que grabarse ESTO en la cabeza. 

Atención: En la mitología clásica, la gorgona era una criatura monstruosa provista, entre otros terribles dones, de una cabellera formada por abanico de serpientes. ¿Puede ser que de ahí le venga el nombre a la gorgonia, cuya estructura amplia y ramificada puede recordar esta loca melena? ¡Quien sabe!